En un atardecer de fuerte viento y agua, tras dejar atrás la Gran Avenida y refugiados tratando de encontrar un espacio literario, y el asfalto cubierto por el húmedo regalo de Cibeles, viniendo al encuentro inesperado de ese porvenir soñado. Una mirada hacia atrás, me hacía recordar la ciudad de los hombres sin patria. Tierra, piedra, carne, sueños de un Ángel bien avenido que con su cuestionada vida, comenzaría la historia de una gran ciudad, como es Madrid.
Rogelio Camargo.
martes, 20 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
muy interesante tu blog y portafolio Rogelio, me encantaron tus fotos urbanas.
Saludos!
Muchas gracias Nina! me alegra que te haya gustado. A ver si nos vemos otro día y hablamos mas de este que tanto nos gusta.
Un saludo.
Publicar un comentario